Acreditación de Unidades Asistenciales de Asma
JUSTIFICACIÓN
El asma es una enfermedad crónica, altamente prevalente, afecta aproximadamente a 300 millones de personas en el mundo y produce elevados costes sanitarios, aunque una gran parte pueden ser evitados con un adecuado control de la enfermedad.
En España se calcula que hay 3 millones de asmáticos, basado en una prevalencia aproximada del 5% en adultos y del 10% en niños (1,2).
Es una enfermedad con un gran impacto no solo sobre los pacientes, sino también sobre la sociedad en términos de calidad de vida, absentismo laboral y escolar, consumo de recursos (consultas, hospitalizaciones), y muertes.
El estudio ASMACOST (3), determina que los costes por asma en nuestro medio representan el 2% del gasto sanitario total (1480 millones de euros al año), donde el 70% de estos gastos derivan de las consecuencias del mal control de la enfermedad. Además, establece que a mayor gravedad mayor coste.
Diversos trabajos (4,5), constatan que el 90% de los pacientes con asma pueden estar controlados. Sin embargo, los estudios que miden la situación de los asmáticos fuera del ensayo clínico (6-8), señalan que menos de un 30% de los pacientes están controlados.
Es un hecho evidenciado que cuando se mejora el conocimiento de los profesionales, se optimizan los recursos y se organiza adecuadamente el manejo de los pacientes asmáticos, se consigue el control de la enfermedad, sin incrementar los costes, y disminuyendo el gasto por paciente. Así, el programa Nacional de Asma en Finlandia (5) avala lo manifestado anteriormente.
En la encuesta ATENEA (9), que pretendía conocer la implicación de los servicios de neumología españoles en la asistencia, docencia e investigación en asma, se demostró que si bien la mayoría de los centros neumológicos entrevistados referían una notable actividad en la asistencia del asma, su implicación en el abordaje especializado de las manifestaciones más graves de la enfermedad era insuficiente. Así mismo, su participación en actividades docentes y de investigación era desigual y limitada a escasos centros, que eran los que tenían consultas monográficas para las formas más graves de la enfermedad.
Los pacientes con asma de control difícil, aunque representa un porcentaje pequeño del espectro de la enfermedad asmática, supone la mitad de los costes por asma.
En la actualidad las nuevas terapéuticas del asma van dirigidas hacia este grupo de pacientes, de una manera cada vez más individualizada y donde se están posicionando los tratamientos biológicos. El Omalizumab (Anti IgE) (10), que es eficaz en asma alérgico con IgE elevada, se viene utilizando desde hace seis años, y es previsible que en los próximos años aparezcan otros agentes biológicos, como Mepolizumab, reslizumab y benralizumab (Anti IL-5) (11), indicado en asma grave que mantiene eosinofilia a pesar del tratamiento, o el dupilumab (Anti IL-4 y13) (12). Otra terapia que se está iniciando es la termoplastia bronquial, que ha demostrado su eficacia en el asma de control difícil (13). Todos estos tratamientos además de exigir una clasificación rigurosa, tienen un elevado coste, lo que conlleva que deban ser manejados por personal entrenado en unidades especializas. Es posible, que incluso las autoridades sanitarias así lo determinen en aras del mejor coste efectividad.
El Área de Asma de la SEPAR, en esta línea abordó la tarea de acreditar distintos niveles de asistencia (14), y en el último año el desarrollo del Comité de Calidad de SEPAR y los nuevos avances en el área han obligado a actualizar los criterios de acreditación para homogeneizar todas las áreas de trabajo.
OBJETIVOS
- Mejorar el nivel de cuidado de los pacientes, asegurando un marco de calidad asistencial.
- Establecer los recursos y facilitar la gestión de los mismos.
- Impulsar el desarrollo de planes formativos en asma y avanzar en el concepto de “acreditación del conocimiento”.
- Favorecer la colaboración con profesionales de otras disciplinas clínicas, en un entorno de cooperación.
- Promover la investigación en asma.